C/ Argumosa 17. Mapa.
En esta calle hay numerosos bares y restaurantes y se encuentra en una zona con bastante ambiente, muchos de estos locales tratan de ofrecen algo distinto, tanto en decoración como productos, y este es uno de los que lo consigue. Podemos encontrar un ambiente acogedor, con bastantes elementos de decoración que hacen que parezca más un sitio personal que uno público, encajará en nuestro estilo o no, pero al menos reconozcamos que sale de las simples cuatro paredes sin más.
Aquí la cerveza, nuestra primera referencia habitual, no es muy destacable, al menos es Mahou clásica mal tirada, lástima, sin llegar a ser horrible pero lejos del ideal… eso sí servirá para acompañar lo que comamos.
En la carta de tapas y raciones es donde se nota un elemento diferenciador, no se trata de las típicas raciones de todos los bares, ni de las tostas sin imaginación que ya son una plaga. La carta es variada, incluye platos típicos difíciles de encontrar de tapeo y además se pueden ver en el expositor muchos de los productos menos conocidos para hacernos una idea de lo que nos vamos a encontrar.
Así podemos encontrar migas, buenas, y recibidas con ilusión porque cada vez están menos presentes en las tapas, salmorejo, realmente espectacular, suave y cremoso, muy celebrado por todos los comensales, y eso sin ser uno de mis platos preferidos pero aquí resulta imprescindible. La quiche normal, un poco blanda y deslabazada para mi gusto. Una de las especialidades son los pasteles salados (como si fuera un bizcocho alargado, del que cortan una rodaja) de carne, pollo, verduras, muy originales, el de ternera con salsa de mostaza realmente bueno, el mejor de los probados, el de pollo con salsa también bueno, algo por debajo del anterior.
El día de la visita éramos un grupo grande, no todos comieron, pero con 10€ persona llegó y sobró, así que contando tomar tres cañas para cenar y compartir bastante, cenando a gusto, puede estar por ese precio. Visto lo que nos encontramos por ahí y la originalidad de la comida me parece barato.
En cuanto al trato bueno, amable, cercano, quizás un poco de andar por casa (no esperemos uniformes de camarero ni cosas de esas) pero compensado con simpatía y adecuado al local y el estilo general de la zona.
En definitiva un sitio que ha sabido diferenciarse, resultando una buena opción para cambiar la monotonía habitual de muchos locales, cada vez más extendida, sobre todo con la manía de marcas comunes, franquicias y otras tendencias que hacen que el salir de tapas pierda la variedad que debe tener.
Hay bastantes referencias por ahí, con fotos, que destacan sobre todo el ambiente en verano con las terrazas, cuando vuelva el sol informaremos.