C/ Ponzano 12. Mapa.
Es una cervecería amplia la cual cuenta con una esquina donde despachan todo tipo de embutidos, vamos como su nombre indica una «jamonería».
La cerveza que allí ponen es Mahou, bastante bien tirada y disponen también de buenos caldos para los amantes del vino. Hay que saber que el doble aquí es servido en copa grande y fría. El bar presenta un decorado bastante ameno, una mezcla de bar antiguo con algún toque moderno, dispone de salón situado en la planta de abajo, donde diariamente dan menús y comidas/cenas a la carta. Dispone arriba de una amplia barra junto a la ya comentada esquina jamonera; dispone también de mesas para poder comer algo sentado.
Comida
La carta de que disponen es bastante variada, pero yo aquí recomiendo los chipirones en su tinta, los cuales te lo sirven en una cazuelita de barro y la verdad es que están realmente buenos, también disponen de una ración de cecina de León como buena jamonería que es, la cual está muy bien cortada, acompañada de un toque de aceite de oliva y una pizca de pimienta negra, dándole gusto y gran sabor. Cabe mencionar también las raciones de calamares y callos, sobre todo la última, por lo que me comentan los que conmigo van, ya a que a mi no me gustan.
Servicio
El servicio es bueno, ya te sientes en las mesas (situadas en la planta de arriba) para degustar unas raciones o en la barra y las cañas suelen estar acompañadas de una tapita.
Recomendación
Recomiendo pasar por este sitio a degustar sus chipirones y su amplio surtido de embutido acompañado de una cerveza por lo general bien tirada. Es una buena referencia para cenar después de haber estado tomando cañas en alguno de las cervecerías de la zona, las cuales ya han sido comentadas aquí.
Como es normal destacan los embutidos, calidad media y muy buen precio, entre ellos el lomo, no ibérico, pero rico y abundante a unos 5€, la de patés de lo mejor que se encuentra por los bares, 4 tipos generosos de cantidad y de calidad… en las de cocina señalar también la morcilla y sobre todo las croquetas caseras. Además suelen tener una tortilla paisana enorme y con buen aspecto y la de patata es buena (al menos a las 5 de la tarde).
Como detalle el pan es de chapata, lo hacen (o acaban de hornear) ahí, e incluso a última hora de la noche lo encuentras caliente como recién hecho.
Como dices un buen sitio para acabar la ruta y cenar algo consistente.
Yo creo que hay mucha más variedad de lo que escribes en el artículo. También se puede tomar un gran jamón, tienen un marisco bastante apañado y muy buena carne en salsa, así como unos pimientos rellenos tremendos. Además, la lengua de toro que ponen no se la salta un gitano. Anda que hay que probar más cosillas del bar para escribir.
La cecina insuperable, cortada con máquina y finita, acompañada del aceite, para chuparse los dedos, y además es sorprendentemente barato en algunos platos como ciertos embutidos que sin ser ibéricos están bastante sabrosos y a buen precio, además siempre que he ido un poco pasado de hora y estaban a punto de cerrar me han atendido cortesmente y he cenado como un señor.