Norte y Sur: para comer bien

Bravo Murillo 95. Mapa.norte y sur. Telf: 915 535 153.

Situado casi en la glorieta de Cuatro Caminos, este lugar con toda la tradición de un bar antiguo, barra de metal incluida, nos espera para comer o cenar unos magníficos productos que se pueden ver en su vitrina desde la calle, las ostras, navajas o cigalas nos invitarán a entrar. Cuenta con una plancha justo a la entrada que es la protagonista de la cocina, y que a pesar de su situación no inunda el bar de humo.

Un buen sitio si quieres disfrutar de mariscos, verduras y carne a la plancha, a precio razonable, sin preocuparte mucho por el sitio ni por la bebida.

Bebida.

Este no es el punto fuerte desde luego, cerveza Águila (Amstel) tirada de forma irregular, si consigues que te la pongan en jarrita bien fría y con un poco de esmero puede pasar, no hay refugio en el botellín. Si lo que quieres son vinos el blanco de la casa es un poco duro pero se deja tomar, mientras que el tinto ya requiere más esfuerzo. Si vais varios conviene pedir una botella donde ya puedes elegir algo un poco bueno.

En las tapas tampoco esperéis nada, unas patatas fritas a lo sumo y no de las mejores, decididamente si lo que quieres es tomar unas cañas y punto este no es tu sitio.

Comida.

Aquí es donde viene lo bueno, básicamente pescados, mariscos, carne y verdura a la plancha. Platos sin ninguna elaboración, producto puro y bueno, no el mejor que se puede encontrar pero en un buen punto respecto al precio. Destacan las ostras a 12€ la docena, no las más grandes posibles pero buenas, un buen comienzo. Recomendables las parrilladas de verduras, bien variada o los trigueros y cebolletas por raciones sueltas. Tiene una oferta de marisco importante, todo a la plancha, que varía según el día, excelentes carabineros (caros como no puede ser de otra forma), gambas, cigalas, navajas y en ocasiones oricios u otros productos de temporada, en estos últimos, fuera del mar, destacan las setas en su época.

Para continuar la cena también cuentan con brochetas de mero u otros pescados, muy buenas, o con almejas a la marinera con un guiso sobresaliente, calamar o sepia a la plancha, en ocasiones también en brochetas, vamos que hay que echar un vistazo a la vitrina y a lo que hay por la plancha. Mención aparte merece la carne de buey a la plancha, unos 13€ para dos personas y ración que va variando según el número de comensales, muy sabrosa bien quemada por fuera y sangrante por dentro, vamos una maravilla, la pieza la ponen tal cual, cortada pero no separada, así que puedes disfrutar de esa visión, tendrás que quitar un poco de gordo, pero vale la pena.

Servicio y precio.

Depende del día, no es especialmente bueno salvo que te conozca un poco Beni, si es fin de semana está tan lleno que puedes estar una hora para cenar, como detalle odioso, a veces, no tienen tiempo ni de recoger la barra con lo cual si llegas a las 11 la imagen es impactante. Tienen un pequeño comedor y suele ser bueno reservar, aunque lo habitual es cenar en la barra o en las repisas del otro lado, eso sí en ningún caso llegues muy tarde porque a las 11, o muy poco más cierran el acceso aunque si estás dentro te quedes cenando hasta las 12.

No es especialmente caro, salvo que te metas en carabineros, setas o cigalas, con verduras, calamar y carne sin mucha bebida sales por unos 25€, algo razonable para la calidad del producto.

Berdi: agradable descubrimiento

Blasco de Garay 66. Tel: 915438371. Mapa

Nada hace presagiar cuando vemos este local desde la calle, que bajo el aspecto de una cafetería de barrio normal vamos a encontrar un buen restaurante con buenos productos a precio razonable. Cuenta con dos comedores, uno más “de diario” donde estuvimos (a mi me gustan, y además estábamos sentados junto a una mini-exposición de los vinos) y otro algo más recogido y decorado.

La carta es bastante amplia, destacando los mariscos y las carnes. Entre los primeros navajas, berberechos y de fama los carabineros y las gambas, todo ello a la plancha, y en las carnes lo habitual. También preparan arroz caldoso, rabo de toro y algún que otro plato típico, en definitiva una cocina casera y mucha de producto sin más complicaciones ni aderezos innecesarios. Como en cualquier sitio el buen producto se paga, pero aquí se ve que no en exceso, mantiene una muy buena relación calidad-precio.

Tomamos un tomate con perejil, ajo y aceite, muy bueno y bien aderezado (eso sí te tiene que gustar el ajo) unos trigueros a la plancha, buenos y ración generosa, y una carne con patatas y pimientos del padrón, abundante, la carne muy tierna aunque la hubiera preferido más fuerte, quizás el solomillo (18€) habría sido mejor elección porque tenían un aspecto magnífico. También tuvimos ocasión de probar unos callos realmente excepcionales, no me extraña que sean especialidad de la casa, tenían el punto justo de picante y la salsa una consistencia buenísima, para mojar pan (cosa que hicimos, claro), desde luego muy recomendables.

Queda pendiente para la próxima una incursión en los mariscos, pero los pudimos ver en la vitrina y los carabineros y gambas tenían muy buena pinta. Con una carta así de amplia y esas raciones hacen falta varias visitas para explorarla toda. Para rematar cuentan con varios postres caseros, en nuestro caso natillas. En la sobremesa unos chupitos de pacharán Burgani, que no conocíamos y nos gustó. Todo, vino incluido, por 25€, razonable contando que quizás nos pasamos un poco en la cantidad, para tres en lugar de para dos habría llegado, sobre todo si hubiera sido en una cena.

Pudimos comprobar en la barra que la cerveza es Mahou clásica, tampoco es que estemos en una cervecería, pero cumplen bien el trámite. Mención aparte merecen los vinos, de la bodega Vinae Mureri de la Ribera del Jiloca en el suroeste de Zaragoza, vinos distintos, garnacha 100% con un sabor potente y personalidad definida, concretamente tomamos un Muret 2005, servido a la temperatura perfecta, que estaba realmente bueno.

Buen trato de un profesional de toda la vida, que siendo el dueño está pendiente de todo, y con un servicio de otra persona, suficiente para el local, también muy atenta a lo que el cliente necesita, con el trato cercano que se espera en un local así. (disclaimer: conocí al dueño en una cena unos días antes y ya habíamos intercambiado opiniones sobre hostelería, así que me dijo que le visitara, y tuvo con nosotros una atención especial, sobre todo a la hora de aconsejarnos y mostrarnos sus especialidades)

Un establecimiento que quizás pasa desapercibido para quien no sea de la zona, pero donde se pueden encontrar buenos mariscos y carnes a un precio razonable. Con una carta amplia y variada que se adaptará a todos los gustos. Los vinos si te gustan te harán repetir, no son fáciles de encontrar.

Los Gatos; divertido, castizo y cervecero

c/ Jesús nº 2 Madrid. Mapa.

gatosClásico, ingenioso, con chispa, siempre hasta la bandera, camareros con mucha picaresca y sobre todo, buena cerveza y mejores tapas. a grosso modo así podría quedar definida esta cervecería metida en una zona donde se congregan todos los devotos de la imagen de Jesús de Medinaceli, justo enfrente de su basílica. Allí podremos, aparte de saborear su gastronomía, disfrutar con el ambiente y el decorado del establecimiento.

LA CERVEZA

Muy bien tirada, con el sistema antiguo, a pesar de toda la gente que se agolpa los fines de semana la cuidan bastante. Aunque no llega a los niveles de la Dolores, el mejor de la zona, se aproxima bastante y la caña o el doble entran casi solos.

GASTRONOMIA

Como todos los de la zona, lo que, sin duda, impera son los canapés, debe ser por eso de la rapidez a la hora de servirlos o por cualquier otro motivo, pero todos los que decidan ir a tapear por esta clásica zona de Madrid tendrán que mentalizarse de que en casi todos los sitios es lo que hay. No obstante, siempre son de buenísima calidad y muy variados. Desde el clásico de jamón ibérico, pasando por uno delicioso de jamón de pato, hasta dos que son inmejorables, de gulas con ali oli y de gambas mezcladas con esta misma salsa. Lo aconsejable es siempre que en los Gatos te preparen un variado, pero eso si, con sentido del humor y siendo avispado, porque Nelson, más conocido por ‘crack’. Uno de los mejores hosteleros que he visto nunca, intentará que los canapés te salgan por la tapa de los sesos, con el incremento de precio, aunque no es excesivamente caro, que esto lleva consigo. No obstante tiene mucho sentido del humor y se pasa un buen rato en el tira y afloja. Además, como ya he reiterado antes, todas las viandas son de muy buena calidad.

DECORACIÓN

Muy divertida y surrealista, desde Carlos III parodiando una arenga a los madrileños de la época, hasta un monaguillo con gafas de sol pasando por camisetas del Real Madrid, Estudiantes y maillots de Abraham Olano y Miguel Indurain. Además, aunque está muy mal conservado, también podréis disfrutar de un mural realizado con azulejos de la Plaza de la Cibeles, con diosa incluida. Y como no, y siendo la ciudad que es, los motivos y adornos taurinos también son una realidad en Los Gatos, monteras, capas, estoques…todo lo necesario para que sea una tarde de puerta grande.

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postal que refleja el ambiente y que regalan en el local. Autor:Gonzalo Concepción.

TRATO

A pesar de toda la gente que se agolpa en el establecimiento, por lo menos los fines de semana que es cuando hemos acudido, el Crack intentará que nos sintamos acordes con el bar, siempre con sentido del humor

CONSEJO

Digno de disfrutar, pero eso si, dejad los agobios de las aglomeraciones y del ruido en casa, el bar es así y nadie lo podrá cambiar. Además, así está bien.

Lalanda Taberna

Puerto Rico, 35 (tel: 91 359 57 69) Mapa. Costa Rica, 22. (tel: 91 359 46 42). Mapa.

Cuentan con dos locales, con ciertas diferencias, si el de Costa Rica es de pinchos el de Puerto Rico es de raciones para compartir, en este caso fuimos al segundo. Se trata de un local no muy grande pero con varias mesas para cenar (o comer) sentados y bastante cómodos, sin estar en medio de todo el mundo, agradable para juntarse un grupo de amigos, eso sí hay que reservar, al menos en fin de semana.

lalandaEfectivamente la carta está pensada para pedir platos o raciones para compartir. Se puede cenar bien, no sólo picar, con una buena variedad de ensaladas, entrantes, huevos rotos y carnes, una carta de vinos correcta, un poco corta quizás, por unos 25€, con bebida. Las preparaciones son buenas y muchas originales, podremos cenar a gusto y diferente, quizás un poco caro para ser «de raciones».

La lista de ensaladas es amplia y sugerente, se sale de lo convencional y mezcla bien los ingredientes dando lugar a distintas opciones apetecibles, tomamos dos (12€ cada una) y nos gustaron, una de mi-cuit de pato con manzana confitada, lechuga y una reducción de vino, y otra templada de trigueros, setas y jamón de pato. Como entrantes un buen queso provolone, algo que empieza a encontrarse en restaurantes de cualquier tipo y nacionalidad, y una tempura de verduras con salsa de soja, generosa y bien hecha, le hace ganar mucho la salsa, sino se haría un poco pesada de tomar. Para rematar elegimos la fuente de carne de entrecott con patatas paja y pimientos del piquillo (20€), buena pero a la que le faltaba un poco más de contundencia en el sabor.

Otras propuestas que parecían buenas eran las sartenes, de pollo y verduras o de cigalas, el hojaldre de ternera con Gorgonzola o el chorizo criollo en los entrantes u otras opciones en la carne como secreto ibérico, rabo de toro o lomos de ciervo, como se ve hay buena variedad para elegir. También destacan en la carta los huevos rotos con distintos acompañamientos (jamón, picadillo, gulas, chistorra…) que son especialidad de la casa, no los pedimos porque aparecen en casi todas los locales de raciones y porque según quien conocía el sitio tampoco son algo fuera de lo normal.

Para beber Mahou clásica tirada bien para cenar, no le pedimos tanto como para tomar sólo cañas, pero servida o en vaso de sidra sin llenar o cuando lo pides lleno en vaso de pinta. El vino que tomamos Prado Rey roble de 2005 que sin ser malo, por 14.50€ no fue una buena elección por 3 ó 4 euros había que haber tirado al Arzuaga, eso sí, sirvió para cenar.

El Cangrejero; Caña = ARTE

C/Amaniel 25- Madrid. Mapa.

cangrejeroSi hay un sitio al que me gusta ir a tomar la primera cerveza del fin de semana este no es otro que el Cangrejero. Situado al lado de los Cuarteles de Conde Duque, en uno de los epicentros del buen yantar y mejor beber de la capital. Aquí el líquido elemento del que siempre hablamos no se cuida, se mima, se adora, y sobre todo se le da el respeto y la enjundia que otros locales, mediocres pero con fachada de oro para esconder sus carencias, le niegan.

LA CERVEZA

Parafraseando a uno de los toreros ‘más culto’ del panorama actual podriamos definirla con dos palabras ‘im-presionante’ . No es que cumpla los cánones de como tirar una buena caña, sino que esta es LA CAÑA por antonomasia. Algunos dicen que es por el sistema que Angel Peinado, así se llama el gerente del local, utiliza, de serpentín, hace años cuentan que tenía 180 metros de largo. Otros comentan que es porque antes estaba allí situada la fábrica de Mahou y directamente iba la cerveza de los tanques al vidrio de los clientes.

cangrejero

Fuere por lo que fuere, pedir un doble, una copa o la clásica ‘cervecita’ es un auténtico placer. No solo por el hecho de degustarla, sino también por todo el procedimiento de observar como la tira, como queda el copete y sobre todo que este no se va ni en el último sorbo. Realmente vale y mucho la pena ‘ganar tiempo’ viendo a Angel realizar el ritual.

GASTRONOMIA

En este aspecto destacan las latas de conservas, desde atún, hasta todos los mariscos enlatados que os podais imaginar. Hace años tenía cangrejos vivos, hasta Ortega y Gasset probaba asiduamente, de ahí el nombre del establecimiento, pero ahora, tan solo tiene fuera de la carta de productos del mar lo típico, aceitunas, patatas fritas y torreznos bastante buenos y a la vez caros.

MUSEO DE LA CERVEZA

Exactamente, porque cuando vayamos al Cangrejero, aparte de unas mesas bastante antiguas y un local por el que la palabra obra no ha pasado todavia, podremos disfrutar con una gran colección de jarras de cervezas que Angel Peinado se ha ido encargando de guardar poco a poco. Las hay de todos los estilos y casi todas ellas alemanas y checas. Realmente hay piezas bastante valiosas con una antigüedad de 100 años y con una elaboración artesanal muy trabajosa.

TRATO

Sobrio, serio, sin florituras pero siempre con educación. Pocas veces ponen tapa con la cerveza y si es así, son unas aceitunas. No obstante, solo por el sabor de la cerveza y ver el ritual vale, y mucho la pena, pasarse por el Cangrejero

El Capricho

C/ Doctor Castelo 14.Teléfono: 91 504 61 79. Mapa.

Está situado al lado del Retiro y por el contrario de lo que se pueda pensar no es un sitio de los prohibitivos por la zona en la que está ubicado. Está haciendo esquina con la calle Lope de Rueda y la fachada de la cervecería es original, con ventanales decorados con figuras de gente pero que no impiden que la luz entre en el interior.

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LA CERVEZA

Pues me gustaría deciros que la cerveza en general bien, pero fue servida por diferentes camareros y en momentos distintos (con más o menos carga de trabajo) y salió cada una de una forma distinta, una muy buena (curiosamente la primera) y las otras dos apenas rozaban el aprobado, según el número de cañas la calidad iba bajando, eso sí con todas nos pusieron una tapilla entre las que cabe destacar alitas de pollo y choricitos fritos. La carta de vinos es excelente y eso que no soy aficionado al vino, observé que había vinos para todos los gustos y colores y denominaciones de origen que no había oído nunca como Finca Elez que según me he informado es bastante nueva.

LA COMIDA

Tienen una amplia carta de raciones y tostas para ser degustadas en la barra. En general destacaré las tostas de jamón, cecina (de El Bierzo, excelente), pimientos con ventresca y anchoas, éstas tienen un tamaño considerable ya que están formadas por dos rebanadas de pan cortadas al bies. Tienen un comedor donde poder degustar platos más elaborados como arroz con bogavante, templada de mariscos y diversas ensaladas. Aunque yo estuve en la barra degustando unas tostas pude observar el comedor a tope y a la gente que entraba les daban mesa para una hora u hora y media, así que se debe comer bien también.

EN GENERAL

Dispone de una amplia barra y zona de mesas altas donde poder tapear y un comedor bastante aceptable. Es un sitio elegante con aire de clásico, muy cuidado y limpio con un servicio correcto, aunque un punto en contra es la decadencia en la calidad de la cerveza según aumenta el número de cañas que pides, aún así merece la pena pasar por ahí a picar algo y quien sabe, si algún día comer.

Casa Martín, con solera

Avda Menéndez Pelayo 17. Mapa.

El sitio que me ocupa hoy, puede parecer por su ubicación y nombre el típico sitio del barrio de Salamanca refinado y de postín, pues nada más alejado de la realidad (tampoco os penséis que es un cuchitril), es un sitio de los llamado con solera, por su decoración con fotos taurinas, el mobiliario es clásico y funcional y se respira ese aire a «clásico de toda la vida».

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LA CERVEZA

La primera alegría me la lleve a comprobar que al entrar, ahí estaba, con aire distinguido, mi querido grifo de Mahou. Mi segunda alegría me la llevé al comprobar que la cerveza estaba tirada muy correctamente, además para los amantes del botellín también hay disponibles. Además siempre te ponen un pinchito, eso sí, uno por consumición contado con los dedos de las manos, entre ellos cabe destacar una croqueta de carne picada muy buena. Lo que si me sorprendió es que siendo una cervecería al estilo clásico dispusiera de una amplia gama de vinos para escoger incluyendo denominaciones de origen como Ribera, Rioja, Navarra o Castilla La Mancha.

LA COMIDA

En este caso se hace cierta la frase «lo bueno, si breve, dos veces bueno». No os esperéis una carta amplia y variada de raciones, la carta es sencilla, sin cosas elaboradas, eso sí, todo a una excelente relación calidad-precio. Se pueden degustar unos boquerones en vinagre por unos 5€, un chorizo por unos 3€, una ración de empanada gallega por unos 2,80€ y también jamón, salchichón, etc… también disponen de conservas de excelente calidad. Desde luego lo que llama la atención es la relación calidad-precio.

EN GENERAL

Como habéis podido observar no he comentado mucho del tema de la comida, pero es que no da para más, es el clásico sitio de aperitivo, para tomar unas cañitas y unas tapas sin llenarse demasiado. Además por la distribución del bar no invita a nada más, ya que a primera vista no tiene mesas sino taburetes y mesas altas, dispone de alguna mesa por detrás de la barra pero no ví a nadie sentado allí, todo el mundo estaba en la barra practicando el deporte nacional del aperitivo. El servicio excelente, eficaz y sobre todo educado.

La Giralda: Las apariencias engañan

C/ Hartzenbusch 15. Mapa.

Ayer fuí al cine por la calle Fuencarral que curiosamente es paralela a la calle Cardenal Cisneros que tiene varios sitios de tapas y cervezas como El Mesón del Pobre o la Cervecería L’Europe comentadas en este blog, pues buscando un sitio para tomar unas cañas y picar algo antes de entrar al cine recordé que cuando era peque iba con mis padres a este sitio que me ocupa hoy. No recordaba muy bien como era pero si como llegar. Menos mal que no está en la Plaza Mayor o aledaños ya que visto desde fuera puede parecer el típico engaña-guiris del centro: Taberna con motivos andaluces y taurinos, cortina en la puerta de entrada, camareros uniformados… pues señores nada más lejos de la realidad, aquí se hace cierto eso de que las apariencias engañan.

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LA CERVEZA

Cuando entre por la puerta, lo primero a lo que dirigí mi mirada (deformación profesional cervecera) fue al grifo de cerveza, yo esperaba encontrar Cruzcampo pero resultó ser Amstel la cerveza por lo que se me torció un poco el gesto, pedimos un Ribera y una caña pensando en dar una oportunidad más a esa cerveza y quedé gratamente sorprendido del sabor suave y de la presión atenuada de la caña así que decidí seguir a cervezas, con las consumiciones nos pusieron un pinchito de aceitunas sevillanas aunque pude observar que no sólo tenían de «pinchito compañero» aceitunas sino queso, chorizo, etc, eso sí siempre una unidad por consumición.

LA COMIDA

Pude observar en la barra un tablón con las tapas de que disponían, todas ellas entre 2,80 y 3,90 €, entre las que cabe destacar los trigueros a la sal, la presa ibérica a la plancha o al whiskey, rabo de toro, habas con morcilla o huevos y sobre todo y no os podéis perder… ¡el salmorejo! servido con endivia, migas de jamón y huevo. Os he de decir que aunque lleven el nombre de tapa no tienen nada que envidiar a algunas medias raciones que he probado én algún que otro bar. Además de las tapas existe una carta de raciones bastante nutrida y con platos típicos andaluces. No podía faltar el «pescaito frito» como las pijotas, boquerones, chipirones, calamares etc. De casi todos los platos disponen de ración y media ración. Os recomiendo como media ración los chopitos (5,65) y los flamenquines (4€, se venden por unidades con uno para dos está bien), estos últimos son un rollo de empanado de lomo adobado, puntas de jamos, queso y bechamel servidos con patatas fritas y además ¡¡éstas últimas son caseras!!

EN GENERAL

Me sorprendió gratamente volver al sitio que me llevaban mis padres cuando era más joven y darme cuenta porque les gustaba tanto, aunque he de reconocer que si no conociera el sitio probablemente no hubiera entrado sólo por la apariencia externa. No tiene mesas ni taburetes en barra pero si dispone de comedor para cenas o almuerzos. El servicio, ejemplar, se nota que llevan años en esto y les gusta, amabilidad, eficiencia y educación. En la puerta tienen un cartel por el que se prohíbe la venta ambulante con lo cual puedes estar tomando unas cañas sin que te pregunten 5 chinos distintos que si quieres películas aunque como te parecen todos iguales al tercero ya estás a punto de pegarle una voz y tampoco es plan. Lo dicho, las apariencias engañan…

Fogón y Candela

C/ Ferraz 23, esquina con C/ Quintana. Mapa.

El otro día al acudir a un cumpleaños en el que creía que iba a haber algo de picar me sorprendí y me di cuenta que iban directamente a lo serio, es decir copazos a mansalva, por lo que decidí pasarme por un sitio que antes frecuentaba bastante llamado La Dehesa de Santa María y que fue uno de los precursores de los pinchos en tostas en Madrid a un precio bastante asequible, pero poco a poco fue empeorando en la relación calidad precio y deje de ir. Pero al verme en tal situación (copas con el estómago vacío) y en la zona en la que me encontraba no me quedaba más remedio que volver. Y es ahí donde me lleve una grata sorpresa: Para empezar ya no se llamaba Dehesa de Santa María sino Fogón y Candela y aunque la base del negocio seguía siendo la misma muchas cosas habían cambiado para bien.

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LA BEBIDA

No todo iba a ser perfecto no? Disponen de grifos de Cruzcampo y Amstel, (primera vez que veo algo así) y para nosotros, los amantes de la Mahou no hay grifo pero si tercios. La caña la tiran de forma aceptable y consiguen «matizar» ese sabor distinto de Cruzcampo y Amstel. En cuanto al vino disponen de una amplia variedad y guardados en neveras para conservarlos a su temperatura adecuada para ser servidos sin que pierdan su sabor. El precio de la caña es de 1,20€ y el del vino oscila entre el 1,50 y los 2,20 dependiendo de cual elijas y siempre acompañando a la bebida un pinchito.

LA COMIDA

Es aquí donde han conseguido recuperar la calidad y el precio de antaño cuando se llamaban la Dehesa de Santa María y además se han superado. Además de varias raciones y ensaladas, que por cierto tenían buena pinta pero que no probé, la parte central de la carta se centra en sus tostas y tapas. La diferencia entre unas y otras está en el tamaño y claro está en el precio (1,60€ las tapas y entre 3,50€ y 4€ las tostas), además hacen hacen distinción entre las tostas o tapas Gourmet y las típicas.

Entre las Gourmet cabe destacar la morcilla con mostaza y queso, cecina con queso aceite y ajo, anchoas con torta del Casar, gambas con Torta del Casar y en cuanto a las tostas tradicionales podemos encontrar de salmón, anchoas, jamón, salchichón, etc… éstas son más simples pero igual de sabrosas que las Gourmet. También se puede escoger una degustación de 4 tapas por 4,80€ (si son Gourmet aumenta 0,60€ la unidad) o de tostas por 10,50€ (si son Gourmet aumenta 0,60€ la unidad). El tamaño de cada tosta equivale a 4 tapas aproximadamente y ésta es de pan de hogaza de buen tamaño.

EN GENERAL

Es un buen sitio para tomar algo de picar en incluso cenar, el servicio está formado por gente joven bastante eficiente, y aunque el local estaba hasta la bandera fuí servido con prontitud. No es un restaurante y no dispone de mesas tradicionales para sentarse, eso sí, dispone de mesas altas repisas y taburetes. El único inconveniente, como he comentado antes es que está hasta la bandera y más los fines de semana.

Sudestada: un asiático que hay que conocer

Modesto Lafuente 64. Mapa. Tel: 91 533 41 54. Mapa.

Sudestada nace en Madrid como «sucursal» de uno original en Buenos Aires, no deja de ser curioso unos argentino montando un asiático. Recibe buenas críticas y es sin duda digno de visitarse si se es aficionado a esta cocina. El local decorado de forma zen, un poco frío, y para unos 25 comensales, imprescindible reservar para asegurarse mesa.

sudestada

Antes de todo, hay que llegar con ganas de probar cosas nuevas, fuertes, con contrastes, toda una experiencia para la que hace falta olvidarse de los sabores habituales y estar dispuesto a experimentar. La verdad es que recuerda a una curiosa mezcla entre cocina «moderna» por presentación, detalles, combinaciones y juegos de sabores con los aromas más auténticos de Asia.

Antes de describir el menú, una larga aclaración, no soy crítico gastronómico, ni especialista en asiáticos y tampoco he tomado nota de los cinco ingredientes de cada uno de los diez platos probados, se trata de contar la visión normal, como ya he hecho a varios amigos, en el fondo el objetivo del blog. Supongo que teníamos el menú degustación, y por todo lo que hemos probado y lo relativamente corto de la carta creo que hemos tenido una buena visión de su cocina.

Para empezar unos rollitos vietnamitas pero de tamaño considerable, no «de muestra» como suele ocurrir, con su correspondiente lechuga, menta y un poco de ensalada y la salsa para acompañar, muy buenos. Para continuar una excelente empanadilla con un relleno de fuerte sabor a jengibre, de lo mejor de la comida, después una ensalada de entrañas de cordero, menos mal que tenía alguna verdura picante, pero el sabor era duro de pasar, al menos para mi. Luego una empanadilla, pero con la masa cocida en lugar de frita y salsa de soja, imprescindible para tomarla, también buena.

Ahí empezamos con los segundos, arrancamos con unos secretos de ibérico con algunas verduras, excelentes, con un chorro de mango por encima que le daba muy buen punto a la carne, de acompañamiento un arroz frito con maíz, guisantes y alguna otra verdura, y unos taquitos, seguramente de carne de cordero, que preferí apartar para no estropear el sabor del cerdo. También algo de arroz blanco para bajar los sabores. Además es de los casos que esa guarnición de verduras no se debe dejar ahí, acompañaba a la perfección, de lo que se podía prescindir era de mojar la carne en la salsa.

Y para terminar otros dos platos, uno carne, ¿de cordero o cerdo? muy picante, para tomar junto con arroz blanco, muy buena también, como se puede ver el picante (y eso sin coger las guindillas) tapaba el resto, pero esta realmente rico, sin anular la capacidad de percibir sabores. Y por último un plato que se me ha quedado algo perdido, parecido a calamar en sabor, pero no debía ser, acompañado por fideos secos y algunas verduras.

En los postres un variado con los cuatro que tienen, donde destacaba mucho las tres texturas de chocolate (helado, crujiente y palitos) y algo menos el pudin de coco acompañado de helado del mismo sabor.

Todo esto acompañado por cerveza japonesa Kirin de botella, sabor seco y perfecto complemento para el picante; también tomamos un cava seco, muy bueno para empezar y postres pero avasallado en la comida por la potencia de los sabores. Como cerveza de grifo tienen Ambar, algo que ni me he planteado, la tengo especial manía.

El precio 40€ el menú, bebidas aparte, en la carta debe oscilar entre 30 y 40, hemos comido más de lo normal.

En cuanto al servicio muy bueno, tres personas en cocina y tres para sala, lo que para el tamaño del local es mucho. Curiosamente te explican cada plato y cómo comerlo, utensilio recomendado, si echarle la salsa o no, choca un poco, pero es realmente útil para conocer su cocina y disfrutarla en plenitud. El trato muy bueno y rápido y además hemos prolongado la sobremesa más allá de lo razonable y en ningún momento nos han dicho nada. Sólo un pero en cuanto al local, a este nivel «los fogones» deberían estar más separados del comedor, el ambiente se carga un poco.

Toda una experiencia por los sabores asiáticos, es curioso como aunque se mezclan varios y algunos son desconocidos, se puede percibir cada uno de ellos por separado, no es un «pastiche» y además cada plato tiene su personalidad propia.

Tras lo visto, yo recomendaría el siguiente menú: rollitos vietnamitas, empanadilla (la frita), secreto ibérico si apostamos por lo flojo y la carne picante si nos aventuramos y para cerrar chocolate tres texturas, acompañando con la cerveza Kirin. Y además de eso, preguntar, seguro que nos explican todas las opciones y nos ayudan a confeccionar un buen menú, la parte «didáctica» la hacen bien.